lunes, 30 de marzo de 2009

Igual que las cabezas
del hilo en el ovillo
dormido en la tormenta,

se trae un aire lleno
de aroma a lluvia fría:
gotas pequeñas,
pequeñas calaveras
de azúcar.

La prisa de papel del autobús,
el viento
levanta las semillas de la tierra,
el aire está colmadode verdes. Hojas rancias
que huelen a quemado y a amarillo
eléctrico.

.............Tu espalda, tu columna...
difícil encontrarte en la palabra,
pequeño pez de mi memoria entre las redes de mis nervios.

La tarde está confusay te recuerdan las alborotadas aves
del entretiempo, el canto que contiene
ternura de nupcias
y cintas tiernas de hierba nueva.

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